¡Hola, seguidores de Hanami Dango! Este fin de semana la aplicación de Manga Plus debe de haber estallado. Esta es la clara reafirmación de que Tatsuki Fujimoto está en boca de todes y por muy buenas razones. Si sigue este camino, pronto tendremos que dejar de llamarlo «el autor de Chainsaw Man» y comenzar a listar el gran y maravilloso cuerpo de obras que viene cultivando en este último tiempo

Adiós, Eri (Goodbye, Eri) es el one-shot de doscientas páginas que nos demuestra que Look Back no fue un accidente y que Fujimoto tiene muchas más historias para contar, no solo pibes con motosierras. 

Adiós Eri - Hanami Dango 1

Así como lo hicimos cuando hablamos de Look Back, es necesario aclarar qué es un one-shot. Este suele ser una obra escrita para concursos siendo en ocasiones convertida posteriormente en una serie manga de larga duración. En esta oportunidad Fujimoto empuja los límites del formato una vez más y básicamente lo usa de manera muy libre para referirse a una historia unitaria. 

En esta nota vamos a dar algunos ligeros spoilers, así que, si todavía no lo hiciste, puedes leer Adiós, Eri de forma gratuita en Manga Plus.

Tatsuki Fujimoto no es solo el Pibe Motosierra

Es necesario, antes de adentrarnos en la obra, explorar al artista. En este caso quizás más que en ningún otro, porque como demostró en Look Back, Fujimoto encuentra inspiración en personas que crean historias, en las dificultades que los autores enfrentan. 

Tatsuki Fujimoto saltó a la fama mundial luego de que comenzara a trabajar en Chainsaw Man, un manga que sigue la historia de un joven que se fusiona con un demonio motosierra. Aunque la carrera de Fujimoto es mucho más larga que eso.

Analisis comparado Chainsaw man_portada - Hanami Dango

Antes de comenzar a trabajar como mangaka, Fujimoto se graduó en la Universidad Tohoku de Arte y Diseño. Luego comenzaría a publicar otros one-shots en varias revistas, hasta que finalmente en 2016 fue convocado para serializar Fire Punch, un drama de acción y misterio que fue publicado hasta el 2018. 

Sin embargo, estos datos enciclopédicos fallan en revelarnos quién es realmente Tatsuki Fujimoto. Quizás su obra, tan personal, sea un buen camino para tratar de entender quién es.

Adiós, Eri: el artista y su arte

Tratar de resumir Adiós, Eri en un prolijo y sintético punto es una tarea más bien imposible. En sus doscientas páginas Tatsuki Fujimoto bombardea a les lectores con una gran cantidad de ideas y disparadores que podrían desarrollarse en infinitos debates. Desde la relación tan personal con el duelo y la manera en que el arte es una manera del artista de relacionarse con su realidad. 

Adiós, Eri es, en la superficie, la historia de un joven llamado Yuuta, quien recibe un teléfono por su cumpleaños. Su madre, que está en la última etapa de una enfermedad terminal, le pide que filme sus días hasta el final. Tras su muerte, Yuuta acomoda las secuencias filmadas y realiza una película que proyecta para sus compañeros. Sin embargo, no recibe ovaciones, sino que todes se burlan de él. Entristecido por esto, Yuuta se plantea quitarse la vida, pero es entonces cuando el encuentro con Eri cambia el rumbo de su vida. 

Eso es lo que leerían en la parte trasera de la sobrecubierta de este manga. Sin embargo, cualquier persona que haya leído Adiós, Eri sabe que no es eso (solamente) de lo que se trata esta obra. Es más, hay muchos puntos de ese relato resumido que tendríamos todas las razones del mundo para sospechar hasta dónde son ciertas o no. 

A través de su teléfono, Yuuta nos deja ver una versión de su vida curada y cuidadosamente orquestada para que sobreviva en el recuerdo. Vemos una versión de su madre muy distinta a la que su padre rememora y claramente con esta obra Fujimoto nos plantea el conflicto entre la realidad y la ficción. Y quien media en este duelo es el artista.

Yuuta se encuentra constantemente mediando entre lo que ocurre y lo que recibimos en las páginas. Todo el relato está visto a través de una cámara manejada por él y es el resultado de un largo proceso de edición del cual es totalmente responsable. Y este conflicto se traslada a la forma en la que él también debe lidiar con sus problemas. La muerte de su madre, su relación con Eri y su posterior despedida. Todos estos conflictos nunca nos llegan de frente, nos llegan matizados por el lugar que él decide darles en la película de su vida.

Así como en Look Back, Fujimoto vuelve a explorar las formas en que el arte puede influenciar la realidad. Con el agregado de que en Adiós, Eri la misma credibilidad de lo que vemos es puesta en cuestionamiento. Se borran los límites entre lo que es la película de Yuuta y lo que en verdad ocurrió. 

Al llegar al final de este one-shot queda la extraña sensación de que nada de lo que vimos es cierto, y en cierto punto, es verdad. Este es un relato en sí mismo. No solo la película de Yuuta es un producto de la imaginación, sino que el manga en sí fue producto de la imaginación de otra persona. Tatsuki Fujimoto. 

El Artista, su obra y la Verdad

No es novedad que se hable de cómo la ficción y los medios pueden recortar la realidad y reorganizar los acontecimientos para hacer avanzar cualquier tipo de agenda que deseen. Nos enfocamos mucho en las consecuencias negativas que esto puede tener en las personas, normalizando comportamientos dañinos y celebrando actitudes deplorables. Tanto así que nos olvidamos de la increíble herramienta que esto también nos aporta para comprender el mundo.

El arte es un proceso construido meticulosamente. Muchas etapas pulen el producto final para que nos llegue una versión cuidadosamente fabricada. La construcción del relato nunca es accidental, ni mucho menos objetiva. Es el artista quien decide con qué nos quedamos y qué versión de la historia quiere contar. 

Esto, más que alejarnos de La Verdad, nos puede ayudar a comprender verdades diferentes e igual de válidas. Porque, después de todo, la obra existe. La obra es real. Y quién dice entonces que lo que tiene para decirnos no lo es también.

A través de cómo Fujimoto va jugando con nuestras percepciones de la realidad y la ficción, el mensaje queda claro. Yuuta construye con su relato otra versión de su madre. La misma Eri no era la que vemos en la historia. Usaba lentes, aparatos y su actitud era bastante desagradable. Sin embargo, así como su amiga comprende, nada de esto lo hace menos real. 

¿Cuál es el rol de la ficción en nuestras vidas? ¿Por qué creamos y contamos historias? Hay muchas respuestas posibles. Adiós, Eri propone que, quizás, la ficción es una manera de filtrar la realidad y quedarnos con los aspectos que queremos recordar. ¿Es una buena película? ¿Es mala?, eso es superficial, en cierto punto. Lo que el autor nos quiso dejar, la parte suya que vive en cada obra, eso es lo que más importa.

La cámara viva

Premeditado o no, no es accidental que un celular sea el vehículo por el cual experimentamos esta historia. Por su constante presencia en nuestras vidas, la cámara de un celular se volvió en uno de los mejores espías de nuestras vidas. Su presencia no asusta ni condiciona tanto como la de una cámara profesional. 

Esta se vuelve entonces, más que una ventana al mundo que el lente observa, un espejo que nos rebota la realidad más cruda. Esto se refuerza en este one-shot con los diálogos, las conversaciones que fluyen con naturalidad. Todo en pos de afianzar una sensación de realismo. Pero aunque se trate de un espejo, hay una persona que elije qué y cómo apuntar, Yuuta elige qué mostrar y con su proceso de edición elige cómo interpretamos su realidad.

Esta decisión consciente de la forma se ve reflejada también en la manera en que Fujimoto elige narrar Adiós, Eri. Las viñetas con un formato que nos recuerda a la pantalla de un cine, las largas seguidillas de viñetas con movimientos leves que nos remiten a los planos secuencias. Fujimoto logra imprimir su propia sensación del tiempo en sus páginas. Nos fuerza a seguir su forma de narrar y nos mantiene prisioneros de su cámara.

Que no falten las explosiones

Todos estos temas son plasmados con mucha frescura por Tatsuki Fujimoto, que no falla en espolvorear hasta los más densos relatos con buenas dosis de comedia ligera. Su humor tan particular se siente a flor de piel en muchos momentos de este one-shot.

Pequeñas idas y vueltas con un maravilloso timing, el absurdo de ciertas situaciones que puntúan aún con más fuerza lo dramático de otros y ni hablar de sus tan peculiares expresiones. 

Fujimoto es un artista que trabaja con algunos momentos muy tristes, sin embargo, sus relatos no caen en la melancolía. No es un autor cínico, sino que tiene una forma muy peculiar de motivarnos a seguir adelante. Look Back es un relato cargado de optimismo y sin dudas ese mismo deseo de seguir adelante a pesar del dolor se ve perfectamente graficado en las páginas de Adiós, Eri.

Después de todo, las películas y la vida son algo realmente bonito. 

Una vez más, Fujimoto nos deja anonadados con lo que propone. Se afianza como un autor que busca contar historias auténticas y personales. Con Adiós, Eri abre un mundo de posibilidades sobre lo que podemos esperar de su parte en el futuro.

Y vosotros, ¿leísteis Adiós, Eri? ¿Qué os pareció? Dejadnos las respuestas a estas preguntas en comentarios y recordad seguirnos en nuestras redes sociales para más recomendaciones como esta. Si os gusta el trabajo de Hanami Dango, tenemos página de Patreon, en donde podéis apoyarnos para poder realizar todavía más contenido. Además, tenemos nuestro servidor de Discord, donde poder hablar de manga, anime y muchos más temas. ¡Hasta pronto, lectores de Hanami Dango! 🍡

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