¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! En el artículo de hoy vamos a ponernos un poco serios porque toca hablar de uno de los principales peligros a los que se enfrenta la industria del anime: la crisis de escasez de animadores. Una problemática compleja que está llevando al límite tanto a profesionales del mundillo como a estudios de animación.

La idea de este escrito surgió por un artículo reciente de The Japan Times que incluía algunas declaraciones controvertidas de Masao Maruyama. Sintetizando, el legendario productor afirmaba que la animación japonesa se encuentra en una situación crítica y la animación china podría acabar superándola en un futuro cercano.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_1 - Hanami Dango

Con todo lo que ha crecido la industria del anime en los últimos años, ¿cómo es posible que esté en crisis? ¿Cómo se ha llegado a esta situación y de qué manera podría solucionarse? En las próximas líneas pondremos en contexto las palabras de Maruyama e intentaremos dar respuestas a estas y otras preguntas.

Las voces de alarma de la industria

Masao Maruyama es una auténtica eminencia con casi 60 años de experiencia en la industria. Comenzó su carrera trabajando con el mismísimo Osamu Tezuka. Ha sido miembro fundador de los estudios Madhouse, MAPPA y M2, y por su mesa de trabajo de productor han pasado varios de los animes más exitosos de los últimos 30 años. Ponemos su carrera de relieve para hacer ver que no conviene ignorar sus advertencias, ya que hay poca gente que entienda el funcionamiento de la industria tan bien como él.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_2 - Hanami Dango

Podemos sintetizar las preocupaciones de Maruyama en dos puntos fundamentales. El primero tendría que ver con el estancamiento creativo de la industria, que está más centrada en producir mucho contenido para cubrir la creciente demanda que en dar espacio a nuevas ideas. Aunque es un tema que da para un análisis muy interesante, no es el objetivo de este artículo, así que lo dejaremos para otra ocasión.

La segunda preocupación del productor tiene que ver con la escasez de nuevos animadores y la insuficiencia de mano de obra generalizada a la que se enfrenta la industria. Este problema no es nuevo y llevamos años oyendo hablar de él. Ya en 2015, el mismísimo Hideaki Anno comentaba que existía una escasez crónica de nuevos profesionales. Otras figuras relevantes de la industria como Yoshiaki Nishimura o Keiichi Hara, entre muchos otros, lo han seguido poniendo de relieve, dando cuenta de que el problema se mantiene e incluso se ha agudizado con los años.

Una industria a toda máquina que se queda sin combustible

Un vistazo superficial a la situación actual podría llevarnos a pensar que nos encontramos en una era dorada para la animación japonesa. En cierto modo no estaríamos del todo equivocados. A día de hoy se consume más anime que nunca, sobre todo fuera de Japón. Con la proliferación de las plataformas de vídeo bajo demanda, la internacionalización de la industria ha alcanzado cotas nunca antes vistas. El anime ya no es un producto solo para japoneses; su popularidad en el extranjero es enorme.

Hace un par de años, la Asociación de Animación Japonesa (AJA) informaba de que los beneficios del mercado del anime en el extranjero habían superado a los del mercado interno por primera vez en la historia, tras haberse cuadruplicado en solo 8 años. Un hito que marca todo un cambio de era. Además, este aumento de las ganancias externas ha llevado a récords de beneficios en la industria, duplicando los valores de hace una década.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_3 - Hanami Dango
Gráfico del Anime Industry Report 2022 realizado por la AJA.

Si hay mayor consumo de anime y la industria mueve más dinero, ¿dónde está el problema entonces? Lo primero que hay que tener en cuenta es que a principios de los 2010 la producción de anime experimentó un fuerte incremento. Propiciado, precisamente, por el aumento de la demanda. Aunque el pico tuvo lugar hace unos años y la situación parece haberse estabilizado un poco, la industria del anime no tiene personal suficiente para todo lo que se está produciendo a día de hoy.

La dura travesía del aprendiz

El principal motivo de esta escasez de artistas lo encontramos en la baja tasa de incorporación de nuevos profesionales. Es de sobra conocido que las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores de la industria dejan bastante que desear. Eso ya es de por sí un fuerte elemento disuasorio. Sin embargo, es importante señalar que esta situación no afecta a todos por igual. Los puestos de «menor categoría», normalmente ocupados por principiantes, son los que tienen peores condiciones.

Tradicionalmente, los animadores principiantes comienzan como inbetweeners, ya que es una tarea de menor complejidad y responsabilidad. Los que ocupan este puesto se encargan de dibujar los fotogramas intermedios; es decir, aquellos que ocupan el espacio entre dos fotogramas clave. Para hacernos una idea general, basta con entender que los fotogramas clave son los que definen cómo será el movimiento, mientras que los fotogramas intermedios rellenan el espacio para crear la ilusión del movimiento.

Aunque hay excepciones, los animadores suelen desempeñar este trabajo unos dos o tres años antes de pasar a hacer fotogramas clave. Sin embargo, la mayoría abandonan la profesión antes de que eso ocurra. Las voces más críticas estiman que solo un 10% de los nuevos animadores continúan su carrera en la industria japonesa tras esos años iniciales de penurias.

La principal causa de esta tasa de abandono tan desmadrada la encontramos en los irrisorios salarios que reciben. En 2019, la Asociación de Creadores de Animación Japonesa (JAniCA) ponía de relieve que en la industria del anime los más jóvenes ganaban un 40% menos que la media nacional global para ese rango de edad (20-24 años). Además, los animadores jóvenes suelen cobrar por cortes realizados. Al no tener experiencia, su ritmo de trabajo suele ser más lento y, como consecuencia, necesitan dedicar muchísimas horas para sacarse un sueldo mínimo.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_4 - Hanami Dango

También es importante señalar que el puesto de inbetweener tiene muy bajo prestigio dentro de la industria por su escaso componente creativo, pese a suponer un paso fundamental en el proceso de animación. Esto se materializa en un desdén y menosprecio generalizado, a veces incluso por parte de sus propios compañeros. En los casos más graves, incluso se dan situaciones de abuso y acoso laboral, tal y como se ha denunciado más de una vez.

Por último, es importante señalar que muchos de los problemas de los animadores noveles son extrapolables a los de sus homólogos en otros ámbitos del proceso de animación. Con ello, toda la industria se tambalea. Con las condiciones que sufren y el nivel de presión al que están sometidos, no es de extrañar que la mayoría de los que deciden entrar en la industria acaben abandonando la idea poco después.

Cuando formar se convierte en un lujo

Para exacerbar más el problema, Japón no está siendo capaz de garantizar la formación y desarrollo de sus nuevos artistas. Parte de la culpa la tiene la externalización de tareas como la del inbetweening, que son la base del aprendizaje. Pero, además, la sobrecarga de trabajo está dificultando la transferencia de conocimientos y técnicas a las nuevas generaciones. Formar requiere tiempo y recursos humanos, que es justo lo que más escasea en los estudios de animación.

Durante el proceso de animación, el trabajo se revisa paso a paso y los animadores están continuamente recibiendo indicaciones sobre las correcciones que tienen que llevar a cabo. Sin embargo, los calendarios tan apretados y los cuellos de botella han provocado que cada vez sea más habitual recurrir a un tercero para que este se encargue de aplicar las correcciones directamente. De esta manera, la retroalimentación, tan importante para aquellos que todavía están aprendiendo, se pierde por el camino.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_5 - Hanami Dango
Ejemplo de layout con correcciones

El personal experto tiene poco tiempo para enseñar, pero los aprendices tampoco se pueden permitir el lujo de dedicar sus esfuerzos al aprendizaje. El anime Shirobako plasma muy bien este problema: si me enfoco en acabar el trabajo en plazo, no tengo tiempo para mejorar. Si no mejoro, no progresaré y mi ritmo de trabajo seguirá siendo insuficiente. Ni siquiera la propia serie, pese a su mirada optimista, fue capaz de encontrar una solución a este círculo vicioso.

La disfuncionalidad presente en el proceso de aprendizaje está llevando a una carencia especialmente marcada de personal especializado. Esto se entiende mejor con un ejemplo. Uno de los pocos estudios que todavía se atreve a hacer series de mechas con animación tradicional es Sunrise. Esto se debe a que la compañía acapara a buena parte de ese selecto y cada vez más escaso grupo de animadores con experiencia dibujando robots. Lamentablemente, este personal especializado está tan solicitado que apenas tienen tiempo para dedicarse a traspasar sus conocimientos a las nuevas generaciones.

La carrera por la búsqueda de animadores

Ante la tan acuciada escasez de personal, la mayoría de los estudios han optado por recurrir a compañías y trabajadores extranjeros. Es una estrategia muy común a lo largo de toda la historia del anime, pero en los últimos años se ha exacerbado. También se ha extendido la práctica de contactar con artistas independientes que cuelgan sus creaciones en las redes sociales.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_6 - Hanami Dango
DR Movie, uno de los estudios coreanos que vemos habitualmente en los créditos de las producciones japonesas

Incorporar a tus proyectos artistas de otros países o talentos ajenos a la industria puede resultar muy positivo, ya que son una fuente rica de nuevas ideas y estilos. Por desgracia, esto no se suele aprovechar, ya que se recurre a ellos solo como una forma de aliviar la carga de trabajo interna. Al final, este personal también acaba inmerso en el infierno que suponen las producciones con plazos impracticables y salarios insuficientes, con nefastos resultados en la calidad final del producto.

Como era de esperar, los artistas extranjeros —e incluso los nipones— están empezando a darse cuenta de que hay otros mercados donde su trabajo es mejor recompensado. La agencia Seikoku Databank destacaba en un informe reciente la capacidad de la industria de la animación china para atraer artistas de alto nivel. Gracias, entre otros motivos, a que ofrecía mejores salarios que su homóloga japonesa. Con esto en mente empiezan a cobrar relevancia las declaraciones de Maruyama que presentábamos al principio de este artículo.

Con todo, China podría ser una preocupación menor si la comparamos con la inquietante posibilidad de que las inteligencias artificiales comiencen a tomar un papel de peso en la industria. Por ahora solo hemos visto algún que otro tanteo, pero la escasez de animadores está dando la excusa perfecta para la proliferación de esta práctica.

Las medidas que ya se están aplicando

A lo largo de los años, se han puesto en práctica diferentes medidas con las que intentar solucionar o paliar la crisis de animadores. A nivel particular, hay profesionales que dan charlas y clases magistrales, y otros que publican consejos y guías en la red. También hay casos como el de Jun Sugawara, que inició una campaña denominada Animator Supporters. Con ella busca ayudar a los animadores de diferentes formas, siendo una de las principales el Animator Dormitory Project, que pretende proporcionar viviendas baratas a los animadores con problemas económicos.

A nivel de estudios, en los últimos años se ha dejado notar un esfuerzo por mejorar las condiciones y salarios de los profesionales. Esto ha llevado a ciertas mejoras, aunque están lejos de ser suficientes. Además, estos avances se han dado de forma muy irregular y no afectan a todos por igual. Por otra parte, muchos estudios han abierto academias para la formación de nuevos animadores —Kyoto Animation, Sunrise, P.A. Works y un largo etcétera— o han dispuesto sedes secundarias para funciones de aprendizaje. Así mismo, existen programas de entrenamiento temporales como los de Toei Animation y Ponoc.

Sin embargo, estas prácticas son un privilegio solo disponible para los estudios mínimamente grandes. La inmensa mayoría de los estudios son pequeños y no tienen los suficientes recursos o capacidad interna para llevar a cabo estas medidas.

El Young Animator Training Project y su legado

También existen medidas gubernamentales, entre las que destaca el Young Animator Training Project. Se trata de un proyecto iniciado por la JAniCA en 2010 y respaldado por la Agencia de Asuntos Culturales del gobierno japonés. La idea es financiar estudios para crear cortometrajes con animadores noveles como principales implicados. Con el tiempo, el proyecto ha ido cambiando de manos, de nombre —Projecto A, Anime Mirai, Anime Tamago, Anime no Tane— y de criterios, pero siempre bajo la misma premisa básica.

El Young Animator Training Project sigue vigente a día de hoy, pero ya no tiene el impacto mediático de sus años dorados. Aun así, cabe señalar sus éxitos pasados. Algunos fueron en el ámbito de la producción, donde destacan Little Witch Academia y Death Billiards, dos cortometrajes que recibieron series animadas con posterioridad. Pero los logros más importantes fueron en el ámbito de la formación, habiendo ayudado a impulsar las carreras de animadores como Shūhei Handa, Yūto Kaneko, Izumi Murakami o Ryo Araki, entre muchos otros. Además, puede presumir de una alta tasa de continuidad en la industria entre los participantes.

¿Qué más se puede hacer?

La sobreproducción lleva a situaciones de sobrecarga de trabajo. Esto desincentiva la entrada de nuevos profesionales al medio y dificulta su formación. Y si no se forma personal nuevo, la presión sobre los trabajadores en activo continúa. Así, la industria ha acabado en un callejón sin salida del que no sabe cómo escapar.

Los esfuerzos por mejorar las condiciones de los jóvenes artistas y promover su formación han tenido cierto éxito. Sin embargo, en general se trata de medidas acotadas y, por lo tanto, sus efectos son limitados. No dejan de ser parches que no solucionan el problema de raíz.

Crisis escasez de animadores en el anime Reportaje_7 - Hanami Dango

Para que de verdad cambien las cosas, en primer lugar, hacen falta medios. El mercado ha crecido, pero los creadores apenas están recibiendo los frutos de este crecimiento. En la industria lo más habitual es que la producción de un anime esté dirigida por un comité de producción donde participan cadenas de televisión, distribuidoras, editoriales y otras grandes compañías. Los estudios tienen una participación pequeña o nula en estos comités; simplemente son contratados para el trabajo.

En la práctica, esto quiere decir que los bolsillos de los estudios no sufren en caso de fracaso, pero tampoco se benefician cuando las cosas salen bien. Por extensión, un éxito en ventas no supone una mayor remuneración para el staff. También supone que tienen que atenerse a los plazos que les imponen. Son bastante excepcionales los casos en los que un estudio puede producir un anime por sí mismo.

Es imperioso que los beneficios repercutan en los estudios, y en última instancia en los trabajadores, de forma más directa. También es importante que haya un cambio en la mentalidad, pues es necesario que la industria comience a plantearse poner en práctica planes de formación a largo plazo y a gran escala. La prueba de que estas ideas funcionarían está en que aquellos estudios más mentalizados e independientes son los que mejor han lidiado con la crisis.

Solo nos queda plantearnos qué podemos hacer nosotros, como aficionados, para ayudar a superar esta situación. No está fácil, la verdad, pero podemos empezar no apartando la mirada ante la cara más oscura del mundo el anime. Es importante que nos informemos de lo que ocurre más allá del producto final y que decidamos apoyar a quienes se esfuerzan por cambiar las cosas. Desde Hanami Dango intentaremos seguir informándoos sobre la industria para teneros al tanto. Así que ya sabéis, ¡no dejéis de leernos!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.