¡Bienvenidos, lectores golosos, a la pastelería Hanami Dango! Hoy os traemos una recomendación de la última novedad de Nowevolution: Grapefruit Moon, escrito y dibujado por Tomo Serizawa. Un manga BL que resultará una delicia de lo más dulce para más de uno.

Título: Grapefruit Moon
Autor: Tomo Serizawa (@serizawatomo89)
Editorial: Nowevolution (colección Kigen)
Traducción: Ana María Caro
Género: boys love
Volúmenes: Tomo único
Precio: 9,00 €
En conjunto a la publicación de esta recomendación, tenemos un sorteo abierto de dos tomos de Grapefruit Moon. Los pasos a seguir están indicados en el siguiente tuit.
Grapefruit Moon nos presenta a Kazuki Yakigaya, un joven universitario amante de los dulces desde que era un niño pequeño. Cierto día, jugando al básquet con amigos descubre que Fujimura, la pastelería de barrio que le hizo descubrir su amor por los pasteles, ha reabierto. Kazuki empezará a trabajar en Fujimura, ya que su sueño es abrir su propia pastelería como gerente, pues es demasiado torpe como para ser pastelero. Es así como conocerá al que será el responsable de cumplir con sus dulces fantasías: el pastelero Yôichirô Sakai.
Al principio, nuestro protagonista se siente inseguro delante suyo debido a su torpeza y la seriedad de Yôichirô. Esta percepción cambiará completamente cuando pruebe de primera mano lo que es capaz de hacer Yôichirô con sus dedos (los pasteles, no me seáis cochinos). Tras enamorarse de su cocina (y de él, que para algo esto es un BL) y saber de su pasada trayectoria, el adorable Kazuki hará todo lo posible por hacer que se reconozca su trabajo.


Os vamos a dejar solo con esta porción de la historia, que esto es una recomendación y el tomo solo tiene cinco capítulos (y un extra) que se os derretirán en la boca. Lo que sí os podemos contar es que el manga sabe aderezar la relación de ambos protagonistas. Para ello, toma como ingrediente la motivación que hay tras de cada uno para entrar al mundo de la repostería.
Kazuki vive con una motivación mucho más idealizada, queriendo ser dueño de una pastelería por el mero hecho de lo mucho que le gusta comer pasteles. En cambio, las convicciones de Yôichirô son mucho más terrenales y estas se tambalean cual gelatina tiempo antes del comienzo del manga. Ahí radica el motivo por el que acaba en Fujimura, trabajando únicamente en replicar las recetas del anterior pastelero. Es así como Kazuki, al empezar a darse cuenta de su situación, se esforzará porque se reconozca su calidad y pueda demostrar el gran chef que es.

Siendo más directos con la relación de estos dos azucarados protagonistas, podemos decir que es más pura que el chocolate negro 99% cacao (bastante infravalorado cuando el chocolate blanco de chocolate no tiene nada). Pese a la calificación +18 que indica el tomo, no esperéis mangas pasteleras bien rellenas de nata o que se den duro contra el muro mucho amor. En ese aspecto, su inocencia recuerda más a los protagonistas de Sasaki to Miyano que a una pareja de 31 y 19 años (la diferencia de edad en los BL es algo de lo que tenemos que hablar algún día).
¿Es esto un problema? La verdad es que no. Todo depende del tipo de historia que estéis buscando, siendo en este caso una historia más inocente y dulce (¿vamos a dejar de hacer referencias a la pastelería? ¡No!). Por todo esto, nos extraña bastante esa calificación, pues no tenemos del todo claro cuál es el motivo tras ella. Será que a algunos todavía no les gustan demasiado los pasteles enrollados.
Siguiendo con cosas bonitas, el dibujo de Grapefruit Moon es de muy buen nivel. Este es el primer manga que llegó a publicar Tomo Serizawa y quién lo diría. Se puede ver a simple vista lo detallados y cuidados que están los personajes, destacándose las lindas expresiones de Kazuki. Por no hablar de que consigue darle cierto toque majestuoso a la preparación de los pasteles (manga no apto para diabéticos). No son las explosiones culinarias (con eróticos resultados) de Shokugeki no Souma, pero se os hará la boca agua como si fuerais Homer Simpson.

Quizás la excepción que confirma la regla sea su tendencia a los fondos vacíos en muchas viñetas, optando por mostrar el escenario principalmente en los planos más amplios. Debido a que muchos de los momentos en los que pasa esto en el manga están más centrados en los personajes, no es algo que amargue el pastel. Además, es un detalle que queda en el olvido cuando ves lo bonito que llega a representar algunas localizaciones.
En resumidas cuentas (que ya es hora de ir cerrando el local), Grapefruit Moon es una obra que os hará empalagaros desde el primer bocado. Un boys love con unos personajes que os harán necesitar tener cerca un poco de insulina y una historia de apoyo y motivación que es la guinda del pastel. ¿Estaríais dispuestos a hincarle el diente a este manga? Dejadnos vuestras dulces opiniones en los comentarios y en redes sociales, tanto si tenéis ganas de leerlo como si lo habéis leído ya.

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