Lectores de Hanami Dango, ¡bienvenidos de nuevo! En el artículo de hoy os traemos como recomendación el anime de Hajime no Ippo. Todo un referente del género spokon que no necesita demasiadas presentaciones, pero que nunca viene de más recordar. Con este artículo no vamos a intentar convenceros de las bondades de esta serie, algo de lo que va sobrada. En realidad ya damos por hecho que os va a encantar. Así que tomáoslo como un aperitivo con el que haceros las ganas antes de empezar a verla. ¡Comenzamos!
Hajime no Ippo es un longevísimo manga de George Morikawa que sigue en publicación tras más de 30 años en activo, lo que lo convierte en un clásico vivo. La adaptación animada comenzó en el año 2000 de manos del estudio Madhouse. Tuvo una primera temporada de 75 episodios que fue acompañada poco después de un par de especiales y una película. Hubo que esperar hasta 2009 para su segunda temporada y hasta 2013 para la tercera. Por desgracia, no se ha adaptado más material desde entonces.

Si ya ha pasado tanto tiempo desde su emisión, ¿por qué venimos a hablaros de Hajime no Ippo a estas alturas de la vida? Pues resulta que Netflix ha incorporado la serie hace poco a su catálogo. La encontraréis con el nombre de Espíritu de Lucha y solo está disponible la primera temporada. Esta primera parte es la más recordada y la que acapara los mayores honores, así que también será a la que hagamos referencia de forma prioritaria a lo largo del artículo.
El primer paso de Ippo
La serie nos cuenta la historia de Makunouchi Ippo, un estudiante de instituto tímido y bonachón que se desvive por su madre y le ayuda a diario en el negocio familiar. Sin embargo, le cuesta hacer amigos y acaba convirtiéndose en el objetivo de los abusos de un grupo de matones. Su vida cambia por completo cuando conoce a un boxeador llamado Takamura. Ippo queda fascinado por la fuerza de aquellos que suben al ring y en su interior surge el sueño de convertirse en boxeador profesional.

Para que esta recomendación llegue a buen puerto, es menester comenzar dejando algo bien claro: que no te guste el boxeo no es excusa para rechazar esta serie. Más allá de lo que pueda profundizar en este deporte —que lo hace, el autor trabaja como mánager de boxeo—, Hajime no Ippo es, ante todo, una historia de superación personal. La obra explota esta característica, básica en todo buen spokon, y la lleva incluso más allá del plano deportivo. Esto se traduce en que los personajes también evolucionan y crecen como personas, algo que veremos sobre todo en el recorrido del protagonista.
Hajime no Ippo se construye en torno a la búsqueda del verdadero significado de la fuerza. Una fuerza entendida no solo como física, sino también de carácter, de voluntad y espíritu. La idea cristaliza en un viaje incansable por encontrar el valor de uno mismo como persona. Por eso, en la obra encontraremos infinidad de mensajes con un profundo calado motivacional. Muchos de ellos son bastante simples, muy directos, a veces hasta algo ñoños, pero inspiradores en su esencia más básica.
Más de 70 episodios de emoción y disfrute
Pero si solo buscas pasar un rato entretenido y no te importa tanto el mensaje de la obra, no te preocupes, Hajime no Ippo también cumplirá tus expectativas. La serie está repleta de combates efervescentes que te harán vibrar sin descanso. Es un anime que maneja con maestría esa sensación de emoción en ebullición que te eriza el vello de la piel y es tan característica de este tipo de historias.


Por parte de la dirección tenemos una insistencia en planos cercanos que obligan al espectador a formar parte íntima de la acción. Una acción construida a base de magnificar la potencia de los choques e impactos entre los púgiles. Los tiempos también están controlados con precisión, llevando la tensión de las escenas al límite. Y el batido de emoción se completa con una banda sonora electrizante que no nos dejará respirar hasta que oigamos el sonido de la campana.
El apartado visual también debe darle gracias a lo bien que se ajusta la estética de la época al estilo de la obra. Ese toque añejo de los tiempos del 4:3, en los que el CGI era una rareza, le queda como un guante y le aporta ese matiz de rudeza que tan bien cuaja en la serie. Es algo que se perdió un poco en las secuelas, pero que todavía podemos disfrutar en la temporada original.
Más allá de los combates, la serie no pierde un ápice de su capacidad para entretener porque también destaca por su apartado humorístico. Hajime no Ippo muestra un estilo de comedia muy desvergonzado y algo chabacano, pero que no deja de ser tronchante. El anime tiene muy claro cuándo recurrir a estos golpes de humor. A veces, se usan como recurso para rebajar la tensión; la clásica función de alivio cómico que en este caso suele recaer en el grupo de compañeros de Ippo. Pero en su mayoría los encontramos en las partes distendidas y de transición entre eventos importantes, que se convierten en momentos también muy disfrutables.


En el cuadrilátero también hay héroes
Hajime no Ippo es la historia de Makunouchi Ippo, pero eso es solo una verdad a medias. Uno de los principales alicientes de la serie es la enorme variedad y calidad de su plantel de personajes. Todos son relevantes en sí mismos y guardan su propia historia, algunas tan estimulantes como la principal. La obra nos presenta tantos trasfondos, tantos estilos distintos de boxeo y tantas personalidades diferentes, que siempre encontrarás un personaje con el que conectar de forma especial.
Por supuesto, el que recibe más atención es Ippo. Algo que no se debe solo a ser el protagonista, sino a que es un exponente de héroe con un carisma muy especial. Ippo es un adolescente aparentemente normal y corriente. Es humilde y bondadoso, pero sin mucho amor propio. A primera vista, es diametralmente opuesto a lo que uno espera de un fiero luchador de boxeo. La clave está en su determinación por cambiarse a sí mismo.

Estamos ante un protagonista cuyo objetivo final no es convertirse en campeón, alcanzar la fama o derrotar a sus oponentes. Lo que busca en realidad es algo mucho más simple y al mismo tiempo extremadamente difícil: superar su propia debilidad. Y lo hace esforzándose siempre al máximo y dejándose la piel en cada combate. Ippo se alza así como un héroe en su esencia más pura. Un ejemplo a seguir que uno no puede evitar querer apoyar y que nos emociona con cada victoria.
Conclusión: no dejéis de verla
Hajime no Ippo es una expresión casi perfecta de su género, todo un modelo imperecedero para cualquier spokon que se precie. Es lo mínimo que podemos decir de una serie con tantos momentos inspiradores, personajes inolvidables, frases para el recuerdo y escenas divertidas.
Muchas obras han tratado los mismos temas que esta, han desarrollado personajes similares o han narrado historias afines. Sin embargo, muy pocas lo han hecho con el nivel de carisma y pasión que encontramos en Hajime no Ippo. Por eso vamos a aventurarnos un poco más y afirmar que es, incluso, uno de los mejores animes de la historia.
Si alguno quiere rebatir esa última afirmación, solo tiene que ver la serie y venir a comentarla con nosotros después. Os leemos en los comentarios y en las redes sociales. Y recordad que también andamos por YouTube y Twitch. ¡Hasta la próxima!