¡Bienvenidos, reos, a la isla de Hanami Dango! En el post de hoy os traemos, con motivo de la publicación de su último capítulo hoy en la app MangaPlus y el anuncio de su adaptación al anime, una recomendación del manga Jigokuraku (también conocido en inglés como Hell’s Paradise), publicado en España por Norma Editorial. ¿Estáis listos para adentraros en los retorcidos parajes del paraíso?

Título: Jigokuraku.
Autor: Yûji Kaku.
Editorial: Norma Editorial.
Género: Aventuras, fantasía y sobrenatural.
Volúmenes: 4 tomos editados en España (finalizada en Japón con 12 tomos más el último pendiente de publicación).
Precio: 8,00 € por tomo.
El manga empieza con los múltiples intentos fallidos de ejecutar a uno de nuestros dos protagonistas, Gabimaru «el vacío». Ninja de la Villa oculta de la Piedra con un estatus casi de leyenda dentro del mundo shinobi, quiere que lo maten tras ser capturado en una emboscada. Es tal el perfeccionamiento de sus habilidades y de su cuerpo que métodos de ejecución como cortarle la cabeza, quemarle vivo o el ushisaki (atar vacas a las extremidades para que tiren de ellas) no surten efecto, aun cuando Gabimaru no está ofreciendo resistencia aparentemente.

Aquí es donde nuestra otra protagonista, Sagiri, le hace abrir los ojos. Inconscientemente, el ninja se resiste, pues lo que realmente quiere no es morir, sino reencontrarse con su esposa Yui. Ella, la única hija del líder de la Villa de la Piedra y que tiene la cara parcialmente quemada por obra de su padre, consiguió ver más allá de la supuesta arma desprovista de sentimientos por la que todos toman a Gabimaru.
Su tierna relación matrimonial hace que quiera irse con ella de la aldea para vivir una vida normal lejos de esa espiral de muerte constante. Tristemente, su ahora suegro le engaña para hacer una última misión en la que es traicionado por sus compañeros shinobi para acabar él capturado y con su mujer sin querer comer ni hablar con nadie en la villa oculta a la espera de que consiga volver.
El monstruo. La persona.
Tras aceptar esta realidad, Sagiri se presenta oficialmente como una Yamada Asaemon y, cual Vito Corleone, le hace una oferta que no podrá rechazar. El clan Yamada, inspirado en hechos reales del Periodo Edo, está formado por samuráis que se dedican a probar espadas y a ser ejecutores para el shogunato Tokugawa. Este trabajo es lo que da origen al apodo de Asaemon, que vendría a traducirse como Asa El Decapitador.
Por órdenes del Shogun, los Yamada Asaemon van en busca de peligrosos criminales condenados a muerte para ofrecerles un posible indulto a cambio de colaborar en una misión suicida: encontrar el elixir de la inmortalidad. Años atrás, se encontró una extraña isla más allá de Ryuukyuu (actual Okinawa y reino independiente de Japón hasta la Restauración Meiji) que parece la encarnación de las leyendas sobre el paraíso. Al saber de este lugar de fantasía y con su obsesión por el mito de la inmortalidad, el Shogun decide mandar expediciones a la isla con la posibilidad de encontrar el elixir, pero los pocos que vuelven lo hacen convertidos en ¿flores?

Viendo esto, se decide que la mejor opción es mandar a gente que no les importe si mueran, entrando en la ecuación los reos. Serán mandados 10 condenados a muerte a dicha isla y, si alguno regresa con el susodicho elixir, en teoría se le perdonarán sus crímenes. Cada prisionero será acompañado por un Asaemon, quien tendrá derecho a ejecutar a su criminal si lo considera oportuno. Además, no se dará el indulto si no regresan acompañados de uno de ellos. Gabimaru acepta el trato con tal de poder reunirse con su esposa y será Sagiri quien lo escoltará hasta la isla junto con las otras 9 parejas criminal-decapitador.
Es al llegar a la isla donde más podemos apreciar el trabajo de Yûji Kaku, cuyo dibujo podríamos considerar como grotescamente bello. Ya en los capítulos iniciales podemos ver su capacidad de mostrar en un mismo estilo tanto momentos grotescos como tiernos y de crear personajes con diseños muy marcados, pero es en dicho lugar, en la isla, donde da más rienda suelta a su imaginería.
Flores que nacen de cadáveres, mariposas con cara humana o ranas monjes gigantescas de seis brazos (sí, habéis leído bien) son algunas de aberraciones que pueblan el mandala de mal gusto que es la isla y que mezclan influencias de religiones de origen asiático, como el budismo, el taoísmo o el sintoísmo.




La única pega al dibujo que se podría sacar a simple vista es que, en algunos momentos de acción, todos los elementos presentes hacen que se saturen un poco las viñetas. Al tener un estilo tan marcado tanto personajes como escenario, no permite que se realce lo suficiente unos elementos frente a otros.
Por el lado del argumento, lo que más destaca en los primeros capítulos de Jigokuraku es el dúo protagonista. Todos, tanto condenados como ejecutores, viven rodeados de muerte, pero son ninja y samurái los únicos que parecen aceptar su realidad de manera diferente. Gabimaru, más cercano al resto de personajes, acepta sin ningún problema la carga de las muertes que ha provocado, aunque no tiene ningún interés en seguir siendo un asesino. Su única motivación es vivir tranquilo junto a su amada y, si es posible, ahorrándose la molestia de utilizar su amplio arsenal de habilidades shinobi. Pese a eso, no dudará en volver a ser momentáneamente Gabimaru «el vacío» si eso le permite estar más cerca de su objetivo.

El caso de Sagiri es distinto. Siendo hija del líder del clan Yamada, se dio cuenta a corta edad de que, quisiera o no, la comida en su mesa siempre llegaría manchada por la sangre de los criminales. En lugar de mirar hacia otro lado, optó por asumir esta realidad para volverse una Asaemon más del clan, demostrando una gran técnica con la espada.
Aun así, sobre el papel todo es más fácil que en la práctica. Su habilidad es indiscutible, siendo reconocida por el propio Gabimaru, pero su falta de sangre fría provoca, en palabras de sus compañeros, que sus ejecuciones no sean limpias y dando lugar a que los criminales no puedan pasar en paz a la otra vida. Es este dilema sobre el que parece orbitar su posible arco de personaje durante el manga.

Sin separarnos de Sagiri, toca hablar de un tema que, aun de manera secundaria, es constante en los primeros compases de la serie: el papel de la mujer. En el Japón Feudal, como en muchas culturas, la situación de la mujer ha sido mayoritariamente de subordinación al hombre, aun habiendo periodos con una mayor igualdad entre ambos. El Periodo Edo no fue uno de ellos.
Sagiri es constantemente ninguneada y mirada con desprecio tanto por gente ajena como por sus propios compañeros, incluido su padre. Dentro de los Asaemon, se la ve más como la «hija de» y la futura esposa del próximo líder, que será elegido entre los supervivientes de la isla. Por otro lado, Yui fue quemada por su padre por ser demasiado bella para la única función para la que, según él, debe servir la mujer de un ninja: dar a luz a más futuros guerreros de la villa oculta. Ambas, aunque de distinta forma, muestran tener una fortaleza mental en este aspecto que las hace no caer en una derrota psicológica ante estos prejuicios que les imponen.
El estilo y la premisa de la propia obra no es que dé lugar a una historia costumbrista sobre la mujer japonesa en dicha época. No son criminales y samuráis verdugos precisamente el estándar del japonés promedio del periodo feudal. De todas formas, resulta interesante ver a dos mujeres en dos posiciones tan relativamente diferentes afrontar el mismo problema, aunque sea en segundo plano.
Cortando de tajo ya nuestra recomendación de Jigokuraku, es fácil ver el motivo de por qué esta serie se volvió el manga más popular de la joven publicación online de Shueisha, Shonen Jump+, al menos, hasta la llegada de la divertida familia Folger. Una premisa interesante con una mezcla sobrenatural sorprendente y con un dibujo muy marcado. Ciertamente, su estilo grotesco no atraerá a todos, pero a quien guste se encontrará ante un manga que no le decepcionará.

Acabamos la misión por hoy. ¿Os iríais a esa isla de vacaciones? Desde luego, en Hanami Dango, no tenemos intención de acercarnos a ese lugar, pero sentimos interés por los misterios que oculta y esperamos que nuestro dúo protagonista tenga éxito en su misión. Si os hemos convencido de leer el manga de Jigokuraku, no dudéis en compartir el post en redes sociales para que vuestros conocidos también puedan saber de él. Además, tenemos nuestro newsletter para que no os perdáis los nuevos posts, vídeos o cualquier otro tipo de contenido, y nuestro nuevo servidor de Discord, donde poder hablar de manga, anime y muchos más temas. ¡Esperamos que no os hayáis convertido en flores para la próxima, seguidores de Hanami Dango!