¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! Sabemos que nos hemos hecho de rogar con este post, teniendo en cuenta que la tremenda joyita que venimos a comentar llegó a las librerías españolas en mayo, pero es que lo bueno se hace esperar. Y creednos que no hay nada mejor que una historia como esta de Ichika Yuno. Que no se hable más: dentro reseña de La canción del amanecer 2.

Título: La canción del amanecer 2 (Yoake no Uta 2)
Autora: Ichika Yuno.
Traducción: Ayako Koike.
Editorial: Arechi Manga.
Género: aventura, drama, fantasía, misterio, boys love.
Páginas: 192 páginas.
Precio: 9,95€
Si ya su tomo predecesor dejaba con ganas de más en su última página, este no se queda atrás. Aunque para llegar hasta ahí, primero tenemos que hablar de otras muchas cosas, pues La canción del amanecer 2 retoma donde lo dejó la anterior… aunque no justo igual.
Nos despedimos de Alto justo cuando, quien parecía no solo un nuevo personaje, sino también un nuevo sacerdote, se encontraba su cuerpo inconsciente en la playa tras caer al agua. E inconsciente, y en el agua, comienza su aventura en esta nueva entrega: cuando despierta, está dentro de la bañera de la casa de Manieri.
El sacerdote, que se ha llevado a Alto consigo, se sorprende cuando este rápidamente deduce quién es… y aún más cuando ve que, a pesar de ello, no le causa ningún rechazo y hasta le toca. Esto da libertad a Manieri para enamorar al lector: es tan extrovertido, espontáneo y afable que es imposible no querer verle contento más tiempo. Pero él mismo sabe que no durará para siempre la compañía de Alto, pues Don Elva le espera.

De hecho, de manera paralela a la estancia de Alto con Manieri, Letti y Konoe, los amigos de Elva, intentan dar con el paradero de Alto, dado que ya es vox populi la anécdota de su caída al mar en plena noche. Y Elva, aunque es todo preocupación, es consciente de que no puede alejarse de la aldea bajo su protección. Aunque tal motivación es capaz de mantenerse poco en el tiempo: de la misma manera que Alto abandona a Manieri para regresar a su hogar, Elva parte en su búsqueda.
Entre tanto, mientras esto sucede, también descubrimos más cosas. Por un lado, continúan las intrigas con respecto a la formación y elección de los sacerdotes, pues Manieri, que es infeliz en su posición, le asegura a Alto que, si tal y como este relata, Elva considera su labor un orgullo, han debido de lavarle el cerebro, pero… ¿quién? Por otro, vemos junto a los recuerdos de Elva que, desde hace años y aprovechando que en las noches de luna llena no se precisan de sus servicios por no haber monstruos en el mar, pasan la jornada dedicándose al uno al otro; es esto lo que impulsa a Elva a salir de su casa, pues están en luna llena.
Junto a Shima, compañero de trabajo de Alto, y Sushka, su prima, Elva consigue dar con Alto y, cuando se quedan a solas, comparten una escena monísima; después de todo, el sacerdote no está enfadado, sino preocupado, y se deja consolar por Alto cuando por fin lo tiene al lado. Y no es la única que comparten, pero primero pasan dos cosas importantes: la abuela de la familia que les ha alojado a todos le pide a Elva ver su cabello, mientras que Sushka increpa a Alto por su relación con Elva, por ser este un sacerdote, lo que hace que, aunque le quiera, no pueda elegirle. «No uses el amor para hacer daño», le dice.

Inmediatamente después, y con ese temor aún en la cabeza de Alto, ambos charlan mientras se bañan juntos. A la vez que Alto piensa en si debería decirle que le quiere, es Elva el que se sincera con él con esas mismas palabras. Y, aunque el menor duda de que sus «quereres» sean los mismos, la escena termina con él mismo sufriendo una bajada de tensión cuando Elva se acurruca contra él; chiquirecordatorio de que están en la bañera, aka desnudos, aka Alto: I know that feel bro.
Y es tras este momento tan cómico, cuando asistimos a uno de los más emotivos de La canción del amanecer 2, a pesar de su brevedad: la anciana de la casa pasó por entregar a su hijo como sacerdote… y ha vivido durante años el pesar de saberle viviendo en soledad, de ahí que le emocione la relación de Elva y Alto.
Ya en el dormitorio, con Alto activo otra vez, o… no, espera, digamos demasiado activo. Sí, eso. Porque es aquí cuando llega ✨el cliché habitual de los mangas boys love✨. Efectivamente, amigos, ni esta obra tan chula se iba a librar de la escena de consentimiento cuestionable.
A las dudas de Elva sobre que alguien pueda quererle en su estado, Alto replica sacándolo a lucir sus propios sentimientos y, también, lanzándose sobre él en la cama. Le acaricia, hace amago de besarlo y Elva le mete tremendo putiaso asesta un golpe en la cara que le hace alejarse y detenerse por completo. Aquí es donde entra la diferencia con la tónica habitual en este tipo de momentos, pues Alto es consciente de no haberse comportado bien, se disculpa y hasta propone dormir en otro cuarto. Sin embargo, Elva le pide que no lo haga, le dice que le acepta (importante esto para el futuro) y se besan.
En el siguiente capítulo… ya están de regreso a casa y Alto no puede creerse la manera en la que se la encuentra patas arriba; en alarde de exagerarlo aún más, Ichika Yuno se ha tomado la libertad de hasta pixelar el contenido de un cazo. Pero con el regreso a casa, llega también el regreso a la rutina y, mientras Alto se aleja de Elva después de que su jefe en el taller le diga que debería centrarse en el trabajo (después de preguntarle por chicas e insinuar que pasa demasiado tiempo con el sacerdote), Elva no hace otra cosa que ansiar que sea tan cariñoso con él como lo es siempre en esa cotidianeidad que comparten.

Y las dudas de Elva con respecto a la nueva actitud de Alto se desarrollan durante varias escenas, también cuando asiste a la fiesta del pueblo, en la que se divierten todos juntos y a la que acude el señor feudal Shjon. Pero es cuando por fin se quedan a solas cuando Elva comprende que no, que Alto no va a hacer como si nada hubiera pasado: Alto le pregunta a qué se refería exactamente cuando le dijo que le aceptaba. El miedo a haberse aprovechado de su bondad le sigue asaltando. Sin embargo, Elva le saca de su error en pensar así.
Cuando están a punto de besarse, el señor Shjon irrumpe en la escena. Y cuando Alto les deja charlar a solas, todo se vuelve muy incómodo. Porque le interroga por su apariencia, por seguir vivo; por aspectos concretos de su sexualidad, por sus reacciones biológicas. Porque, como menciona después Alto que escucha tras la puerta, sugiere algo de que le gusten los «hombres mucho mayores». Mientras ambos se alejan, Shjon le cuenta a Elva que su madre murió año y medio después de que él se fuera del monasterio.
La canción del amanecer 2 termina con tres escenas que despiertan aún más las ganas de continuar leyendo si es que eso es posible. Porque Shjon se reúne con su mujer y, efectivamente, ella también parece muy interesada en Elva y Alto. Porque Konoe, no sabemos exactamente a quién, le menciona que Shjon no está en su residencia principal y que eso supone «una gran oportunidad». Porque también dice que «en el este… no hay cambios. Siendo dos, dudo que tengan problemas» y vemos… a dos sacerdotes en el mar. ¿Vosotros habéis sacado algo en claro? Nosotros tampoco. Qué ganas de tener La canción del amanecer 3 en nuestras manos.
¿Nos hemos dejado en el tintero algunas escenas también muy interesantes, como esos sospechosos hombres frente al mar o Alto contándole a Elva lo que le ocurrió en el final del tomo anterior? Efectivamente, pero porque queremos que seáis vosotros los que nos contéis vuestras teorías al respecto. Como ya sabéis, no solo podéis hacernos llegar vuestras impresiones en los comentarios, sino también a través de nuestras redes sociales o formando parte de nuestro servidor de Discord. ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!