¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! Y más cuando es con una obra como la de hoy. Mi padre alcohólico es un monstruo es un manga de lo más especial y vamos a explicaros por qué. Nos ponemos a ello pero ya.

Título: Mi padre alcohólico es un monstruo (You to Bakemono ni Naru Chichi ga Tsurai).
Autora: Mariko Kibuchi.
Traducción: Luis Alis
Editorial: Fandogamia.
Género: drama, slice of life.
Páginas: 136 páginas.
Precio: 10€
Este tomo único habla de temas importantísimos, pero empecemos por el principio y no por el final. En Mi padre alcohólico es un monstruo, Mariko Kibuchi aborda una parte muy concreta de su vida, a la vez que muy amplia, porque, en esta obra de corte autobiográfico, la mangaka se centra en cómo fue para ella y para su hermana que su padre fuera alcohólico.

Y ese es, sin duda, el gran tema del manga. La autora relata cómo su padre no paraba de beber y cómo esto “lo transformaba”: para Mari, como todos los personajes la llaman en la historia, su padre no podía ser la persona que era cuando estaba borracho. Su padre no podía ser una persona completamente dependiente, a la que sus hijas debían ayudar hasta para asearse, una persona que no parecía estar nunca para ellas.
Pero no se queda solo en eso, ni en mostrar su relación familiar, es más, ni siquiera se ve tantas veces la relación con el alcohol directamente. Aquí entra algo que nos ha encantado de esta obra y es los efectos de esta situación en la protagonista, en la autora. Las consecuencias del alcoholismo.
Mariko Kibuchi se dibuja a sí misma como un cubo lleno de inseguridades, un cubo vacío de afecto. Se introducen temas como las relaciones de parejas tóxicas o la violencia machista. Vemos algo muy real, muy duro, y que a veces parece pasarse por alto: el alcoholismo no solo afecta a la persona que lo sufre. De forma invisible, extiende sus lazos más y más, apresando en sus redes también a su círculo, tanto en la relación que mantienen con la persona alcohólica como en el resto de universos de su vida.
A su vez, también es una parte fundamental de este manga la relación entre Mari y su padre, los sentimientos de ella hacia él (decepción, tristeza, enfado), de forma mucho más explícita hacia el final. Porque ella no es consciente como lo somos nosotros de lo que pasa. La Mari autora sí, la Mari protagonista no. La Mari del pasado entiende tan poco lo que le estaba pasando como su propio padre. Por eso, otro gran tema de la obra es la culpa. Para nosotros todo se resume en esta página, la mejor de Mi padre alcohólico es un monstruo:


La crítica que hace esta historia al alcohol es tan certera como tranquila, ya que no es para nada agresiva, no te interpela como lector. Pero a la vez es completamente directa por todo lo que construye alrededor. No es necesario decir lo malo que es beber, si estás enseñando las consecuencias que conlleva.
También encontramos una visión muy necesaria y es la de lo normalizado que está el consumo de alcohol. Aparecen compañeros que beben con su padre, la dueña del local al que van, y, aun presenciando todos ellos sus borracheras, hasta tienen que dar el aviso a su hija en más de una ocasión, le quitan importancia. Porque no pasa nada, porque beber es lo normal. Porque, simplemente, su padre tiene poco aguante.
Todos alguna vez hemos escuchado, hacia nosotros o hacia otros, comentarios de sorpresa ante una persona que no quiere beber. O visto a alguien renunciar a un plan por lo mismo. En Japón, como en muchos otros países y culturas a lo largo del tiempo y a lo ancho del mundo, conciben a menudo el acto de beber como todo un acto social. Unas cervezas con los compañeros después del trabajo para hacer amistad o para celebrar un acontecimiento. Y el que no bebe hace que los demás se sorprendan. Y el que no va, para no llamar la atención por no beber, se aleja del grupo. Y esto… cada vez es más común en todas partes.

Como slice of life que se precie, la historia va dando saltos de unos momentos a otros de la vida de la protagonista, deteniéndose más o menos en ellos según la importancia que la mangaka les da en relación con el alcoholismo de su padre. De esta manera, podríamos decir que su ritmo es lento, pero porque tampoco parece haber un destino claro al que llegar cuando comienzas la lectura. Lo importante de este manga es el viaje, no el destino.
En otro orden de cosas, fuera ya de la narrativa de la historia… el estilo de dibujo de la autora es muy adecuado, porque no desvía la atención de «lo importante». Es sencillo, sin grandes detalles y jugando solo con el blanco y el gris. El diseño de sus personajes también es simple. Pero, ¿podríamos extrapolar esa simpleza al objetivo de su Kibuchi?
¿Es simple solo porque no merece la pena detenerse en ello por no tener importancia para la historia cómo son sus personajes? ¿Es simple porque podría tener otros personajes y la historia no cambiaría? Da igual si quiere trasladarnos que esto podría sucederle a cualquiera, da igual si los personajes no son la clave. Porque Mariko Kibuchi consigue transmitir ambas cosas no solo con su dibujo y eso es lo que hace su obra tan especial.
LO MEJOR de MI PADRE ALCOHÓLICO ES UN MONSTRUO: su forma de tratar el tema.
LO PEOR MI PADRE ALCOHÓLICO ES UN MONSTRUO: su ritmo lento y su dibujo puede no gustar a todo el mundo.
¿Le daréis una oportunidad a este manga? A menudo se compara con las obras de Kabi Nagata por su dibujo, estilo y mostrar vivencias de la autora. Os recomendamos a las dos autoras y os invitamos a intercambiar opiniones con nosotros en el servidor de Discord. ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!
Me ha encantado la crítica 🥺💖