¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! La recta final de Shingeki no Kyojin ya está aquí y, si bien nos quedamos con la boca abierta ante el episodio animado de la semana pasada… ¡ya estábamos atontados por culpa del capítulo 136 del manga! Por eso hoy os traemos una reseña del que ya es uno de nuestros favoritos. ¡Cuidado que tiene spoilers! Manga licenciado en España por Norma Editorial.

Y no os perdáis la cuarta y última temporada del anime, ¡que Selecta Visión tiene simulcast y MAPPA está haciendo un trabajo increíble! ¿Habéis visto ya el capítulo de ayer?

Este capítulo está cargado de acción y de detalles que, intuimos, serán mucho más que eso. Pero también tiene una gran carga emocional. Los personajes están destrozados… y eso se nota. Empieza justo donde lo dejó el 135: el Titán Volador de Falco. Y es que si en el episodio anterior éramos nosotros los que nos sorprendíamos, ahora son Reiner, Mikasa y compañía los que se sorprenden por la presencia de Annie y de los dos niños de nuevo. Además, nos enteramos también de que el barco de los Azumbito se ha hundido (a consecuencia de la transformación).

Y entonces vamos directos a una de las promesas en el aire que maneja Shingeki: la de Reiner y Falco. El aún poseedor del Titán Acorazado le recuerda al chico que le prometió salvar a Gabi. El pequeño de los Grice, para sí mismo, asegura que lo cumplirá.

Los personajes que ya estaban en el futuro lugar de batalla ponen al día de lo ocurrido a los recién llegados y, un malherido Levi, decide que salvarán a Armin… y que irán por Eren, argumento no solo que no tienen tiempo para preocuparse por él, sino que, en realidad, nunca lo tuvieron. Tras comentarios de Connie y Jean al respecto, es este último el que se dirige a Mikasa y le dice, entre dientes (porque a todos ellos les duele), que tienen que matar a su antiguo amigo.

Isayama nos regala una viñeta preciosa, pero triste, de la Ackerman. Annie le pide que se concentre en salvar a Armin y que no piense en nada más.

En la misma página, la más joven del grupo recuerda algo que podría ser de gran utilidad y es que, cuando Gabi disparó a Eren hace ya unos cuantos capítulos, su cabeza salió disparada y “un ciempiés” salió de su columna para unirse con su cabeza. A ese algo a lo que ella llama ciempiés y que se asemeja a una médula espinal (que sabemos tan importante con respecto al tema titán) lo presuponen como el Titán Fundador, su verdadera forma. Hablan de decapitarlo para poder verlo de nuevo.

Tras esta especie de revelación, nos encontramos con una escena muy pequeña, pero con gran significado, quizás más que importancia narrativa. Dicen que los enemigos se unen ante un enemigo común. Pero eso debe ser como ese “saldremos mejores” que se repitió tanto en 2020: el grupo de eldianos y de marleyanos sobre los que vuela Falco durante cuatro páginas, se muestran completamente violentos los unos con los otros, con armas en manos y dedos en gatillos. ¿Miles de Titanes Colosales? ¿El Retumbar? Qué importa, está claro que nunca aprendemos nada. Al fin y al cabo… ¿no ha ido Shingeki no Kyojin siempre de todo eso? ¿De «tú me hiciste y por eso yo te hago»?

Unos Titanes Arqueros atacan a los personajes a lomos de Falco y son Reiner y Jean los primeros en decidirse a saltar sobre el extraño cuerpo de Eren, gritando a los otros que ellos vayan a por Armin. El Titán Acorazado se encarga de enemigos como el Titán Martillo para dejarle vía libre a Jean para llegar hasta la nuca de Jaeger… algo no tan fácil.

Shingeki no Kyojin nos brinda entonces uno de los momentos más épicos y sorprendentes del capítulo 136: Pieck. Todos sabemos a estas alturas que los personajes femeninos de esta historia son increíbles, pero la poseedora del Titán Carreta se propone reafirmarlo. Y lo consigue. 

Ya nos habían contado que este titán es de los que tienen una mayor resistencia, pudiendo mantenerse Pieck transformada durante meses. Pero comprobamos ahora que esa resistencia también se aplica a dichas transformaciones. Pieck es capaz de pasar de Titán Carreta a humana y a la inversa varias veces seguidas en muy poco tiempo. Jean se sorprende ante esto, ya que estaba preocupado y ella le demuestra que puede defenderse perfectamente. Creemos que esto será muy útil y podrá dar bastante juego.

En esta situación, lo que debe hacer Jean es adelantarse y detonar la cabeza de Eren. Sin embargo, no consigue acceder a ella y cambiamos a otros personajes. Nos tocará esperar al mes que viene para saber en qué queda su objetivo.

A Annie, Mikasa y Connie volvemos con un pequeño momento cómico que, consideramos, no deberíamos dejar pasar por alto. Un titán que no saben muy bien qué es ni a qué poder corresponde. Terminan denominándolo Okapi (después de cerdo). Hajime Isayama nunca hace las cosas por casualidad, y los cerdos tienen cierto simbolismo por la historia de Ymir, así que seguiremos todo esto de cerca. Los tres eldianos saltan sobre el coxis con el objetivo de regresar con Armin.

El siguiente cambio, la nueva escena, nos lleva la otra promesa en el aire y a la primera gran escena emocional del capítulo. Levi, el soldado más fuerte de la humanidad, el Ackerman, está destrozado física y anímicamente. Pero ni así, lejos de poder hacer frente a ninguna pelea, deja de buscar Zeke, tendido en la espalda de Falco mientras Gabi se pregunta qué hacer. El propio capitán es consciente de ello, de que no podría hacer nada frente al Titán Bestia, y se lamenta.

En su monólogo interior, en la que podría ser la escena en la que Isayama nos ha permitido mirar más dentro de Levi que nunca. De su dolor. Es una escena terriblemente triste y terriblemente emotiva. Porque Levi vuelve a recordar a Erwin y la promesa que le hizo, esa promesa que parece ya tan imposible de cumplir. Y se pregunta por qué, por qué siempre ha cumplido todas y cada una de sus órdenes y esta, que es precisamente la última, se le resiste.

Si pensamos en Levi como Ackerman, si pensamos en el concepto del ackerbond y en lo que el autor ha dicho en entrevistas, nos resulta más angustioso todavía. Diríamos que hasta cruel. Porque Levi primero tuvo que hacer frente a ser el responsable de decidir si Erwin debía vivir o no, ahora ni siquiera podrá cumplir su último deseo. 

Y el propio Levi hace mención a la decisión del suero —después de preguntarse, de preguntarle al comandante mientras piensa también en otros compañeros fallecidos como Hange, Mike o su propio escuadrón, si el papel de ambos terminó cuando llevaron a los más jóvenes, a la nueva generación del Cuerpo de Exploración, al mar. Si los sacrificios de todos merecieron la pena o solo fueron otra forma de hacerles daños a los que se quedaban; aunque llega a la conclusión de que eso no es posible, porque entonces sí que no tendría sentido que entregasen sus corazones—, pero para reafirmarse en ella

Para decirle a Erwin que no se arrepiente de no haberle escogido… porque le confió el futuro a un chico (Armin) con la misma mirada que él. ¿No fue esa UNA VIÑETA PRECIOSA? No solo por esa referencia velada a las decisiones y a no arrepentirse (eso que vimos en su manga spin-off y en lo que le dijo a Eren mientras les perseguía la Titán Hembra) o por traernos de vuelta a Erwin, que siempre nos gusta recordarlo, sino por Armin. Por esa confianza sobre él, por esa validación al chico inseguro que siempre ha sido Armin. Y a esto precisamente volveremos más tarde.

Porque después de toda la emoción con Levi, regresamos a la acción con el trío Annie-Connie-Mikasa. Los tres están matando a todos los titanes que pueden cuando el Okapi sale corriendo hacia la cabeza. Mikasa intenta detenerlo, pero muchos titanes acuden en su defensa y sus compañeros le dicen que no puede irse sola. Y permanecen juntos… rodeados de titanes viendo como el Okapi avanza.

Y la última escena recupera el tono emocional y el discurso interior, pero de otra manera, al presentarnos a Armin hablando consigo mismo, mirándose a la cara desde fuera, viéndose inconsciente. Sin esa confianza que hemos visto a Levi depositar en él, Armin se pide moverse entre insultos. Se acusa de estar dejando a sus amigos luchar solos. Se llama idiota, inútil, se dice que se odia y que siempre lo hizo. Que nunca ha estado a la altura.

Es una escena tan dolorosa como la de Levi, pero mucho más agresiva: Levi recordaba a sus compañeros y hablaba a Erwin, Armin solo se menosprecia a sí mismo. Es algo que ya le hemos visto hacer. Armin nunca se ha considerado fuerte o valiente. Que esta escena ocurra justo ahora, con todos con la moral tan baja (hasta nosotros como lectores), es coherente, real y triste.

Pero, entonces, pasa: Armin vuelve a ser Armin, el que se fija en los detalles e hila rápido. Golpea el suelo y, al hacerlo, termina con arena en la palma de la arena. Se da cuenta de que no puede estar muerto, que no respiraría, ni sería consciente. Porque no es un sueño, ni una visión: es un camino. Está en los caminos, por eso sabe cómo están sus compañeros, porque los caminos unen a todos los eldianos. Se convence de que puede hacer algo desde allí y se decide a pensar y pensar, pero… se gira y allí está Zeke (haciendo montículos de arena, algo que ha dado para muchos memes). 

Y cuando se acerca a él y ambos se saludan, Zeke dice “así que Ymir te comió a ti también”. Aquí termina el capítulo 136 de Shingeki no Kyojin, dejándonos, como siempre, con ganas de saber más y mil dudas y teorías en la cabeza. ¿Cuáles son las vuestras?

¡Por cierto: no lo hemos comentado en el momento, pero de la escena de Levi sale el título del capítulo, Entreguen sus corazones! La expresión que siempre decía Erwin, la que Levi le dijo a Hange hace un par de capítulos y a la que vuelve a hacer mención el capitán cuando habla de los sacrificios de sus compañeros. ¿No da también cierta sensación de cierre, de que esa etapa, la de Erwin, ya acabó? Parece una forma más de comenzar la de Armin.

¡Y aquí termina también nuestra reseña del episodio 136! ¿Qué os ha parecido? ¿Os gustaría que comentemos los capítulos que quedan? ¡Recordamos que tan solo son tres: 137, 138 y 139! ¡Qué nervios, qué emoción y qué pena! ¿Por qué no le echáis un vistazo a nuestras recomendaciones manga para saber qué leer después… o mientras esperamos a que llegue el próximo mes? ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!

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