¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! Ha dado comienzo la primavera tras un invierno que ha resultado ser un poco menos frío de lo normal. Y no, no lo decimos por el calentamiento global, sino porque este invierno ha venido acompañado de varios animes especialmente cálidos y reconfortantes. Uno de ellos ha sido Takagi-san, experta en bromas pesadas 3 (Karakai Jōzu no Takagi-san 3), tercera temporada de esta adorabilísima serie que nos ha dejado con una sonrisa estampada en la cara estos tres últimos meses. En las próximas líneas os contaremos qué novedades ha traído (o no) esta nueva entrega.
No puedo dejar de meterme contigo
Takagi-san, experta en bromas pesadas nos cuenta el día a día de Takagi y Nishikata, dos compañeros de clase con una divertida y adorable relación de amor-rivalidad. Desde que se conocieron, Takagi no ha perdido oportunidad de incordiar a Nishikata para gastarle bromas y reírse con sus exageradas reacciones. Este, harto de llevar siempre la baza perdedora, dedica todos sus esfuerzos a inventar trampas y juegos con los que derrotar a su compañera.
Hay que tener en cuenta que, aunque en España el título del anime se haya traducido como Takagi, experta en bromas pesadas, en realidad poco tienen de pesadas. No son más que juegos inocentes que generan situaciones muy simpáticas, pero sin malicia real. Esta es una de esas comedias reconfortantes que quizás no provoquen grandes carcajadas, pero sí muchas sonrisas. Además, su estilo de humor ligero, aunque simplón y fácilmente predecible, no deja de resultar entretenido.
Sin embargo, el encanto real de la obra no radica tanto en la gracia que nos pueda hacer ver a Nishikata caer en las trampas de su compañera una y otra vez, sino en las insinuaciones románticas que Takagi va colando en medio de las bromas. Nishikata nunca acaba de tener claro si Takagi siente algo por él o se la está jugando una vez más.
Una temporada que le abre las puertas al romance
Por lo general, cada episodio de la serie está dividido en tres o cuatro escenas con un planteamiento repetitivo bastante simple: Nishikata reta a Takagi, o directamente cae en algún plan maquiavélico de esta, y acaba mordiendo el polvo. De vez en cuando se intercalan escenas centradas en personajes secundarios, entre las que destacan las protagonizadas por el trío de amigas formado por Yukari, Mina y Sanae. Estos personajes sirven como contrapunto cómico, además de ofrecer una perspectiva diferente de la relación de los protagonistas.
La cuestión es que, por lo general, estas escenas son independientes entre sí. O al menos así ocurría al principio, pues ya en la segunda temporada, y más en esta tercera, esto ha empezado a cambiar. Cada vez hay más acontecimientos relevantes para la continuidad de la trama, algunos de los cuales se extienden por todo un episodio o incluso más. Además, la historia ha comenzado a dejar cada vez más espacio para el romance. Los engranajes de la trama por fin se han puesto en movimiento y, muy poco a poco, la pareja protagonista ha ido dando pasos en su relación.
¿Cómo se ha traducido esto en los personajes? Nishikata sigue siendo el merluzo de siempre, pero ha empezado a asumir el afecto que siente por su compañera y eso se ha notado en su comportamiento, que es ahora un poco más sincero, aunque sea solo a ratos. El caso de Takagi es quizás más notable. Si al principio lo que buscaba con sus bromas era una respuesta divertida de Nishikata, ahora su objetivo principal es llevarlo a situaciones que le obliguen a pensar en ella como algo más que una compañera de clase. Ha disminuido un poco su afán por las bromas para sacar a relucir su lado romántico, aunque sea a su manera.
Además, la serie siempre ha estado narrada desde el punto de vista de Nishikata, así que hasta ahora apenas habíamos podido ponernos en la piel de Takagi. Con esta tercera entrega por fin hemos podido atisbar algunas pinceladas de su mundo interior. Eso nos ha permitido matizar esa imagen que teníamos de ella de chica inteligente y perspicaz a la que no se le escapa una. En realidad, como cualquier chica normal, a veces sucumbe ante la timidez o se siente angustiada y nerviosa. Estos detalles han hecho al personaje más encantador y dulce todavía, si cabe.
Una producción que ha madurado junto con sus personajes
Takagi-san 3 no ha traído grandes novedades en su apartado técnico, pero sí algunas mejoras sutiles. Por lo general, se aprecia una mayor solidez en el dibujo. La serie lleva tres temporadas en manos del estudio Shin-Ei Animation y apenas ha variado el equipo a cargo, así que podemos intuir que los animadores se habrán acostumbrado a ella. Además, las características del anime hacen que tenga bastantes escenas parecidas entre sí, con redundancia de escenarios y de reacciones de los personajes, lo que facilita todavía más mantener un nivel consistente.
De todas formas, Takagi-san, experta en bromas pesadas nunca ha destacado especialmente por su animación, ni para bien ni para mal. Más alicientes encontramos en sus diseños de personajes, que tienen un aire infantil que les da un toque muy mono. Aunque la punta de lanza de su apartado visual siempre ha estado en su repertorio de expresiones faciales, que van desde las cautivadoras miradas pícaras de Takagi a las ridículas muecas de sobresalto de Nishikata. Un espectáculo que desde luego no ha faltado en esta nueva entrega de la serie.
La banda sonora se ha esmerado un poco más, sabedora de que necesitaba nuevas canciones entrañables para acompañar a todos esos momentos estelares que ha tenido la temporada. El mérito hay que otorgárselo a Hiroaki Tsutsumi, compositor de la banda sonora de toda la franquicia. Aunque parte de los elogios habría que cedérselos a Yuiko Oohara, cantante que se ha afianzado como insignia vocal de la serie al ser de nuevo la responsable de interpretar tanto el opening como las insert songs más importantes.
Tan buena y encantadora como esperábamos, o más
Takagi-san, experta en bromas pesadas consigue trasladarnos a nuestra infancia. Por un lado, por la inocencia de esos chiquillos que todavía no han alcanzado plenamente la adolescencia. También por la emoción de esos primeros amores. Y, ante todo, por el afán por divertirse que nos muestran sus personajes, dando igual lo tonto que sea el juego. Eso es lo que lo hace un anime tan agradable y tierno. Además, tiene poder curativo. Hay pocas series que funcionen tan bien como remedio casero para esas ocasiones en las que tienes un mal día.
La tercera temporada ha logrado hacer avanzar su trama sin perder aquello que la caracteriza. Además, ha contado con muchos momentos especiales, y por eso quizás habría que considerarla la mejor hasta la fecha. Lo sea o no, lo que no se le puede negar es que ha sido especialmente bonita.
Para terminar, os dejamos algunas aclaraciones sobre dónde ver la serie, porque aunque está toda disponible de forma legal en España, la verdad es que no nos lo han puesto demasiado fácil. La primera temporada del anime llegó de manos de Crunchyroll. La segunda, para nuestra sorpresa, dio el salto a Netflix. El remate lo tenemos con la tercera, que ha acabado en la plataforma Hidive y solo cuenta con subtítulos en inglés. Veremos si también nos llega la película, que se estrena este verano, aunque si mantiene este nivel de promiscuidad, quién sabe dónde acabará.
¿Qué os ha parecido la tercera temporada de Takagi-san? ¿También la consideráis la mejor? Recordad que nos tenéis en redes sociales y en Discord para comentar con nosotros lo que queráis. ¡Hasta la próxima!
