¡Siempre es un placer volver a encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! El calor del verano ya ha llegado y Odaiba Ediciones no ha querido perdérselo. Por eso, dispuestos a elevar un poco más la temperatura, han lanzado Tokyo Super Darling, un tomo único que, igual que La empalagosa dieta del amor, lleva la categoría smut 🔞. ¡Empezamos!

Título: Tokyo Super Darling (Tokyo Super Darling)
Autora: Aco Matsuyoshi
Traducción: Ana Reyes Serrano
Editorial: Odaiba Ediciones
Género: boys love, smut
Páginas: 176 páginas
Precio: 7,5€
Kazusa no ha tomado las mejores decisiones del mundo últimamente por mujeriego, lo que le lleva a mudarse al campo, donde su vida debería ser más tranquila. Pero algunas cosas inesperadas, simplemente, ocurren. Como que conozca a Shuhei.
Nuestro protagonista se amolda enseguida al lugar, haciéndose un hueco entre sus gentes y entablando amistad con las personas que allí viven. Y es que, a pesar de ser lo que más preocupaba a Kazusa, parece que integrarse es sencillo gracias a la cercanía y unidad que se respira en el lugar. Están ahí para echarle una mano, le invitan a planes. En un abrir y cerrar de ojos, ¡es uno más!
Aunque, si conecta bien con alguien, ese es Shuehi, el chico simpático al que le gustaría huir a Tokio, la gran ciudad de la que viene Kazusa. Porque a él también le encantaría cambiar de aires: se siente atrapado y ajeno al campo, aun cuando al tokiota le parece muy sociable. Aun cuando se le ve en su salsa conduciendo un tractor o con el jabalí que le sigue a todas partes. Todo porque, ser gay en un sitio tan pequeño, y en el que todos se conocen, no es lo más fácil del mundo.

De la misma forma que a Shuhei le atraen las vivencias urbanitas de Kazusa, a Kazusa le despierta curiosidad esa necesidad escapista de Shuhei… bueno y también algunas otras cosas, pero de eso hablamos más tarde. Queremos pararnos un momento a hablar de la amistad que surge entre la pareja protagonista.
Porque, aunque en muchas obras cortas del género las relaciones sexoafectivas llegan muy deprisa, en Tokyo Super Darling primero se hacen amigos y eso nos gusta. Sus personalidades casan bien y se percibe muy deprisa la química entre ellos, lo que les permite establecer enseguida un trato cercano (que en el futuro dará lugar a momentos tiernos).
Y esa química se traslada de inmediato a otro terreno y es ahí donde entra la atracción. Para Shuhei es normal que Kazusa le parezca atractivo, pero para Kazusa ya no tanto. Él, heteron’t, no tarda en darse cuenta de que lo que más le gusta del cuerpo de las mujeres, también le gusta del de pueblo: su culo. Sin embargo, ni es lo único, ni lo primero en lo que se fija, porque lo que le encanta de Shuhei es que se le ven los colmillos cuando sonríe.
Es en esto en lo que creemos que Tokyo Super Darling acierta, ya que, aunque el protagonista cree que no le gustan los hombres, cuando se plantea la posibilidad no le da ninguna importancia. No vemos a un Kazusa que haga un mundo, ni siquiera le vemos pensar demasiado sobre el tema. Simplemente, se deja llevar.

Nos encanta que esto se muestre de esta manera, porque, aunque descubrirse a uno mismo puede ser difícil a veces, no tiene por qué ser así siempre y es positivo ver ambos supuestos representados en la ficción. Mostrar lo duro ayuda a visibilizar la situación de todos aquellos que la viven. Mostrar que también puede no suponer ningún conflicto interno ayuda a que, si el que lo está viendo pasa en algún momento por lo mismo, quizás pueda vivirlo de la misma manera. Cualquiera de las dos formas de sentir y de mostrar es válida.
¿Y qué decir sobre el sexo, algo importante en su relación, si tenemos en cuenta que el esquema es amistad, polvo y noviazgo? Pues que es más explícito que el de La empalagosa dieta del amor o, por lo menos, la censura sobre sus escenas es menor. Por ejemplo, el vacío legal que vimos con los nepes en él (solo una silueta), aquí no existe, puesto que sí están dibujados.

También destacar que también la forma de hablar de los personajes es más obscena, sobre todo la de Kazusa, que es siempre muy directo. En general, el lenguaje de Tokyo Super Darling es muy coloquial constantemente, suena realista y cercano, algo que debemos agradecerle a Odaiba Ediciones y su traducción, concretamente a Ana Reyes Serrano. Todo esto, juntado a determinadas situaciones y el propio carácter de los personajes, desemboca en un tomo único con un tono bastante divertido y desenfadado. No encontraréis en él grandes dramas, podéis prescindir de pañuelos para ahogar vuestras lágrimas, tranquilos.
El estilo de dibujo de Aco Matsuyoshi nos ha gustado mucho. Abundancia de expresiones faciales muy marcadas y diferenciadas, mezcla de diseños realistas, con caricaturas y chibi, detalles en fondos y hasta en la ropa (cambian de vestuario a menudo)… y sí, el sexo también está muy bien dibujado, así como todas esas viñetas que tienen movimiento.
Mención especial a la primera página, a color, del tomo que, bajo nuestro punto de vista, recoge a la perfección el aura tierna, sexy y divertida que rodea a Tokyo Super Darling. Si queréis una lectura fresca y sin tapujos, esta es vuestra lectura del verano.

LO MEJOR DE TOKYO SUPER DARLING: la química entre sus personajes y el autodescubrimiento de Kazusa.
LO PEOR DE TOKYO SUPER DARLING: la primera parte de la primera escena erótica ni es explícitamente consentida, ni llega a ser lo contrario, lo que puede incomodar al lector. No es algo que sorprenda mucho dentro de las obras boys love, pero eso no lo hace más correcto. Aun así, no llega ni de lejos a lo que hemos podido ver en otras, ya sabéis que somos muy críticos con estas cosas.
¿A vosotros os gustan los mangas subidos de tono? ¡Podéis contarnos en los comentarios y en las redes sociales cuál son vuestras preferencias (literarias, no sexuales, que el de los fetiches es Kazusa)! Y, si habéis llegado hasta aquí por la representación que contiene esta obra, ¿por qué no le echáis un ojo a nuestro vídeo de recomendaciones LGTB? ¡Seguro que os encanta! ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!